Si mi hijo Luis, auténtico fanático devorador de las genuínas Napolitanas, les dio el pase, os aseguro que son como las de verdad.
Os traigo la receta casera de las galletas de canela, tipo las Napolitanas de toda la vida, con la diferencia de que a mi me quedaron algo más gorditas que las auténticas. Son deliciosas, y en casa desde luego, les dieron su bendición sin dudarlo.
Lo mejor de todo, como ya mayoría de mis recetas, facilonas a más no poder. Vamos a por esas galletas, ya veréis qué olor mientras se hornean...
Ingredientes:
- 100 grs de mantequilla a temperatura ambiente
- 100 grs de azúcar
- un huevo
- 3-4 cucharaditas de canela molida
- 350 grs de harina ( y un poco más para acabar de amasar)
- una cucharadita de levadura en polvo
- azúcar y canela mezcladas para espolvorearlas
Preparación:
Con una batidora de varillas, vamos a batir la mantequilla con el azúcar. Es importante que la mantequilla la tengamos a punto de pomada, para que la mezcla sea perfecta.
Le agregamos el huevo y las cucharaditas de canela, y seguimos batiendo con las varillas.
Incorporamos la levadura y comenzamos a agregar la harina a cucharadas, poco a poco para que vaya integrándose bien.
Una vez obtenida la masa, la vamos a sacar sobre la encimera previamente enharinada y acabaremos de amasarla a mano, e incorporando la harina necesaria para obtener una masa suave, pero no pegajosa.
Estiramos la masa con ayuda de un rodillo previamente enharinado y daremos forma a las galletas, intentando que nos queden lo más finas posible si queremos que sean más parecidas a las Napolitanas.
Precalentamos el horno a 180º.
Mezclamos azúcar y canela molida a partes iguales y una vez que hayamos depositado las galletas sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal, las espolvoreamos con la mezcla al gusto.
Hornamos las galletas a 180º, hasta que veamos que comienzan a tostarse, ojo sin que sea demasiado, unos 13-15 minutos, dependiendo del tamaño.
Sacamos del horno, dejamos que reposen 5 minutos, y las pasamos a una rejilla para que acaben de enfriar.
Si en casa les gustan las galletas de canela, en cuanto empiecen a oler cómo se hornean, ya los tendréis en la cocina preguntando cuánto les falta, en la mía duraron menos de lo que yo tardé en hacerlas...ya me las están pidiendo otra vez, sobre todo mi hijo Luis, son unas galletas absolutamente adictivas para él., y no me extraña...